El hombre infeliz, siempre que puede, es quien mas consume,
y quien mas enferma.
Todas las publicidades comerciales se basan en convencernos
que necesitamos algo, desde un nuevo cepillo de dientes hasta una camioneta.
Necesitan, por lo tanto, persuadirnos de que lo que tenemos es poco, feo, viejo
, peligroso o inútil. Requieren que estemos desconformes con nuestras
condiciones, pertenencias o nuestro aspecto.
Quien se siente conforme no es un buen cliente.
La infelicidad es una condición necesaria para el sistema
económico. Muchos economistas, teóricos fundamentales del actual modelo
económico global, han escrito sobre esto, ideando teorías sobre como
generar situaciones desdichadas en la
población. Por ejemplo, el economista milton friedman, quien creo la conocida
doctrina del shock, implementada en muchos paises del mundo con desastrosos
resultados para los mayoria de la poblacion y grandisimos beneficios para los
pocos privilegiados de siempre.
La ignorancia y el miedo son dos herramientas muy poderosas
cuando se trata de dominar masas. Son, quizás las mas efectivas.
La ignorancia puede
ser implementada tanto ocultando un
asunto o hecho concreto como imponiendo una creencia falsa.
El miedo se genera fácilmente generando condiciones de
inseguridad física o mental. Ya sea creando situaciones como informando sobre
ellas, sean verdaderas o falsas.
El fin es el descontento, en la insatisfaccion es dificil la
claridad y mucho mas la tolerancia.
La desinformacion nos informa sobre nuestra propia desgracia
pero no nos muestra caminos para
superarla.
En la infelicidad se cultivan los frutos del infortunio humano, millones de seres
alimentando una monstruosa maquinaria de consumo que construye carceles propias
y ajenas.