La historia nos cuenta de muchos casos mas donde mezclar la
ignorancia y la vanidad han dado resultados mortales. En la actualidad, casi
todos saben que el plomo es altamente contaminante. Aunque no muchos saben que numerosos
productos cosméticos lo contienen, como por ejemplo, muchos lápices labiales.
En 2007, se realizo un estudio, llamado “Campaña para cosméticos seguros”,
donde se concluyo que el 61% de los lápices labiales contenían trazas de plomo.
En ninguno de los artículos se advertía que contenía este peligroso metal
pesado.
La industria cosmética es un negocio muy rentable, se estima
que en el 2010 genero ganancias mundiales por mas de 150mil millones de euros.
Un número realmente grande. En 2011,
solo la marca l’oreal, reconoció ganancias por casi 25 mil millones de dólares.
Es un lamentable hecho que, donde hay mucho dinero, escasea la honestidad.
La industria cosmética no es la excepción. Sucede que los
productos que se lanzan al mercado prácticamente no son controlados y toda una
avalancha de contaminantes químicos son vendidos a la población. Inducidos por
la publicidad, cada día más, los habitantes son movidos a sentirse desconformes
con su aspecto y a usar una amplia gama de artículos literalmente envenenados.
En la actualidad se estima que existen mas de 85.000
productos cosméticos, de ellos, solo el 10% ha sido estudiado.
No hace falta ser un investigador oculto para ver esto,
sencillamente cualquiera puede agarrar el frasco de champú de su baño y leer
sus ingredientes. Un ejercicio apto para
cualquier curioso con una computadora: copiar la lista de sustancias que tienen
los cosméticos que usa diariamente, como el champu o su pasta dental, y buscar
su significado en internet. Se asombraran.
Muchos organismos y personas más o menos comprometidos con
su salud han ido mucho mas lejos, haciendo analizar científicamente estos
componentes, los resultados han sido que además de las sustancias que figuran
en sus etiquetas hay muchas otras potencialmente dañinas.
Muchísimos cosméticos están hechos a base de aceites
minerales. Es decir, derivados del petróleo. son uno de los ingredientes
principales de los productos para el cabello, las lociones para después del
afeitado, los desodorantes, los enjuagues bucales, los aceites para bebés, las
pastas de dientes, etc. Las más habituales son aceite mineral, paraffinum,
paraffinum liquidum, petroleum, etc. Otro derivado del petróleo es el glicol
propileno. Se trata de un líquido incoloro que forma parte de la composición de
multitud de productos cosméticos... ¡y también de pinturas, detergentes para
ropa, ceras para suelos y anticongelantes y líquidos de freno de los coches! De
esta sustancia se pregona que ayuda a retener la humedad de la piel y que hace
que ésta se perciba al tacto suave y sedosa... pero lo que no se dice es que
numerosos estudios relacionan el glicol propileno con la dermatitis de contacto
y con algunos trastornos del riñón o del hígado, que puede inhibir el
crecimiento de las células epidérmicas e irritarlas.
En la extensa lista de productos peligrosos podemos
encontrar ftalatos, solventes, conservantes, colorantes , sustancias sintéticas
, aluminio, mercurio y una gran cantidad de componentes de probada
peligrosidad.
Son cada vez más los expertos que afirman que muchos
cosméticos son auténticos venenos, sin importar que sean legales. La excusa mas
utilizada en su defensa es que no son peligrosos ya que los tóxicos que
contienen están en pequeñas cantidades pero en realidad son productos que en
muchos casos se utilizan diariamente y, por tanto, la cantidad de sustancias
perjudiciales que termina entrando en nuestro cuerpo es al final elevado.
Cualquier producto de la industria cosmética puede dejar de
usarse ya que su falta no compromete nuestra supervivencia. Su uso en muchos
casos esta promovido por la idea publicitada de un modelo de belleza
artificial. Un modelo que promueve la desconformidad con nuestro verdadero
aspecto y el consecuente consumo de productos innecesarios y peligrosos para la
salud.
Existen muchos productos naturales que pueden remplazar los
productos necesarios para la limpieza personal, como el shampu, el jabon o la
pasta dentífrica. Son productos muy económicos que incluso cualquiera puede
fabricar en su casa.
El daño ambiental provocado para producir las millones de toneladas
de cosméticos diarios utilizados en el mundo es invaluable.
Aun cuando los responsables fundamentales de este comercio
son corporaciones privadas negociando dentro de un sistema economico nefasto, el
consumidor final es quien tiene la ultima decisión.
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