por luis iturri
¿Que es esto? En
principio, parece un concepto negativo, contrario al crecimiento como sinónimo de
progreso y transformación positiva.
Una muy buena
explicación la dio un señor llamado Ivan Ilich con lo que el llamo la lógica
del caracol: en ella explica que el caracol construye su caparazón construyendo
una espira y luego otra más amplia que
la anterior. Llega un punto donde se detiene y comienza a enroscarse en sentido
contrario. Si en vez de volver hacia atrás continuara construyera otra vuelta
al espiral esta seria , por progresión aritmética, 16 veces mas grande y el
pobre no podría ya arrastrarse, razón que lo llevaría rápidamente a su extinción.
Esta sabiduría natural de este pequeño molusco no es
compartida por la amplia gama de economistas de nuestro mundo, quienes
propugnan al crecimiento económico como un excelente índice de calidad de vida
y única dirección para las economías saludables. De hecho, uno de los
indicadores clave para medir nuestro estado de bienestar es el crecimiento del
consumo. El índice empleado por excelencia para medir el progreso de una
economía es el PIB, que sin embargo no tiene en cuenta aspectos como el
bienestar de la población ni el valor y conservación de los ecosistemas, sin
hablar de asuntos mucho mas difícil de medir como la felicidad.
Empecemos por entender que el sistema económico humano es un
subsistema dentro de otro sistema mucho mayor: el planeta tierra. Por si algún
desprevenido aun no lo ha pensado; todos y nuestros recursos provienen de él.
En la actualidad, si todos los habitantes del mundo
consumieran recursos como un norteamericano, necesitaríamos más de 5 planetas
tierra para abastecernos. Es evidente, que en muchas partes del mundo sus
habitantes no tienen ni siquiera lo suficiente para alimentarse, pero incluso
en los países pobres, las políticas económicas y los medios de comunicación prometen
modelos similares a los países ricos.
El hecho real y palpable es que el planeta esta siendo
devorado por la plaga del consumismo desenfrenado. Los recursos, a este ritmo,
no serán suficientes para todos y de no modificar las reglas de este sistema, las
consecuencias serán trágicas.
El decrecimiento es
una corriente de pensamiento político, económico y social que apunta a cambiar
las políticas del liberalismo económico reinante y modificar nuestra forma de
comprender la realidad. Cambiando los conceptos adquiridos por la propaganda
mediática de forjar nuestras identidades
en base a pertenencias materiales.
El decrecimiento no significa crecer negativamente, sino
hacerlo de forma coherente y conociendo los límites que nos impone la
naturaleza, decrecer no es volver a las cavernas, pero si es volver a las economías
locales, decrecer no es hacer fuego con piedras y alumbrarse con velas, pero sí
es llevar a los niños al colegio del barrio andando o en bicicleta en lugar de
llevarlos en gigantescos 4×4. Decrecer es saber que por cada puesto de trabajo
precario que se crea en los grandes centros comerciales de las afueras se
pierden cinco en los comercios de proximidad.
Hay que comenzar comprendiendo que el crecimiento ilimitado
es un mito, un imposible dentro un planeta que no es inagotable. El desarrollo
sostenible, promovido desde el poder, también es un engaño si se promete la
misma forma de vida actual, ya que es inviable sostener los niveles de consumo
de los países ricos.
Pero el concepto de consumo responsable no significa que en
todos los casos y circunstancias haya que consumir menos, dado que un gran
número de personas en el mundo necesitan consumir más, tan sólo para
sobrevivir.
Así pues, el consumo responsable debe aplicarse a cada
realidad social y económica, de tal forma que, en unos países este concepto
deba hacer hincapié en la necesidad de consumir menos, pero, por lo general,
hará falta consumir de manera diferente y más eficiente. En todos los casos
será necesario redistribuir y garantizar la oportunidad de consumir lo
necesario.
Para esto es fundamental reformular las leyes del mercado y
salir del capitalismo, ya que este no tiene razón de ser sin el aumento de la
producción y el consumo.
Junto a cambios imprescindibles en nuestra conducta
individual, hay que perfilar movimientos que peleen por modificar radicalmente
muchas de las reglas del juego imperantes en nuestras sociedades.
Algo que podemos hacer:
-Promover y divulgar conceptos ocultos por los medios de
comunicación, como el decrecimiento o el consumo responsable.
-Participar
-Ajustar los consumos a las necesidades reales: preguntarnos
si lo que vamos a comprar lo necesitamos o no.
-Considerar el impacto ambiental, desde el punto de vista
del ciclo de vida del producto que compramos, teniendo en cuenta el conjunto
del proceso desde la producción, transporte, distribución, consumo y los
residuos que genera al final de su vida.
-Plantear qué tipo de comercio queremos favorecer.
-Asegurar la calidad de lo que compramos, para adquirir bienes más saludables y duraderos.
El movimiento decrecentista tiene diversos defensores en muchos
países que luchan por el cambio social. Muchas voces sensatas que
pelean contra la desinformación y el ocultamiento mientras la monstruosa maquinaria publicitaria sigue
incitando al consumo irresponsable y sembrando el desconformismo con nosotros
mismos. Es un movimiento que, aunque no es nuevo, esta surgiendo con fuerza alrededor del planeta.
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"Actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable." Eduardo Galeano
Me reconforta saber que al cambiar la tendencia de comprar comprar y comprar ,sustituyendola por solo lo necesario ,tengo mas control sobre mis actos y por lo tanto sobre mi vida. pero sobre todo mis hijos van a saber que cuidar el primer recurso"la tierra"que es el que nos permite permaneces con vida,es fundamental e imprescindible.Si sentimos que desde nuestro lugar es poco lo que podemos hacer pensemos que con sembrando conciencia en nuestros hijos les damos una herramienta para poder hacer frente a lo que vendra mas eficientemente de lo que nosotros lo hacemos...
ResponderEliminarMuy bueno el articulo Luis
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